LAPSUS
CON RETRUQUE
Revisando “mis
archivos” físicos, porque en esta era tenemos los archivos virtuales,
quitándole el polvo a las cosas guardadas y antes que se cumpla la profecía que
me han anunciado mis descendientes, que al partir de este terreno, todos esos peroles y papeles que conservo
guardado irán a parar a algo que llaman el Aseo Urbano.
Pues bien entre esos
archivos me tropiezo con un “Lapsus”, o mejor dicho con dos, 32 años después,
el primero del 8 de julio de 1984 y el otro del 15 del mismo mes y año, es
decir a la semana siguiente en los cuales me refería entre otras cosas al Sistema
Hidráulico Yacambú en el primero comenzaba así:
HOY VAMOS
y digo vamos, porque será entre usted y yo a hacer un arroz con mangos,
esto quiere decir, a escribir y leer cosas, si se quiere raras, o sin sentido
que a la larga nos dará las dos cuartillas necesarias para cubrir el espacio…POR
EJEMPLO podríamos hablar sobre Yacambú, el común de la gente oye hablar o
escribir de Yacambú, que si falta plata, que si hay una comisión (no de plata)
sino pro defensa de la obra. Que si se va a hacer. Esto lo decían todos los
candidatos cuando venía a sus mítines en diciembre. Ahora resulta que no hay plata, nunca ha habido.
SIN EMBARGO, alguien dijo con sabias palabras,
que se podría hacer, si logramos un crédito adicional. El problema es que no
hay a quien pedirle ese crédito, lo que es lo mismo, no lo vamos a hacer.
AHORA
para quien no sabe que es Yacambú, le diremos que yo tampoco sé, o mejor
dicho no quiero entrar en intimidades. Pero mejor aclaremos el arroz con mago.
Yacambú es una obra que viene a solucionar todos los problemas de nuestra
región. Por ejemplo, el problema del creciente tráfico o tránsito en nuestra
ciudad se solucionaría con la construcción de Yacambú, lo mismo que el floreciente
auge de la delincuencia. La solución a todos los males está en Yacambú, pero no
hay plata para ello.
Lo expresado antes
tuvo respuestas y a la semana siguiente hube de responder con el siguiente
“Lapsus”:
ME
PERDONAN que insista en el arroz con mango, pero tal como lo presentía trajo
cola. Alguien protestó diciéndome que es incierto que el común de la gente no
sepa o sabe lo que es el Proyecto Yacambú y que si yo mismo no lo sabía, se
justifica el auto título de bruto que me había dado.
PERO
FIJENSE que no, a mí los “arroces con
mangos” claros y el chocolate espeso, para aclarar la situación hice una
pequeña encuesta al estilo televisión y los entrevistados quedaban igualitos que
los que salen en la pantalla, haciendo más piruetas que payaso.
¿Qué es
Yacambú? Bueno, ese era un cacique de Quíbor. Raspado. Dígame usted ¿qué es
Yacambú? Bueno ese es un río. No, está
equivocado, la pregunta se refiere al Proyecto. Así por el estilo, fue la mini
encuesta, para algunos ya era una represa hidroeléctrica que estaba generando
millones de kilovatios para toda la región.
SIN
MUCHOS aspavientos y conocimientos técnicos, diré que el significado de la
palabra Yacambú, quiere decir en lengua indígena, chirgua llena (vasija de
barro llena de agua o de cualquier otro líquido. Y el Proyecto Yacambú es la
futura construcción de una represa que contendrá las aguas del río Yacambú o
rio Negro, que permitirá a toda la región centro occidental contar con agua por
muchos años.
AHORA BIEN no hay plata para la obra y la misma es
necesaria. Y yo me digo, porque no hacemos como, según dicen hacen en Cuba, o
hicieron cuando los primero años de la revolución, que mandaba a todo el mundo
a cortar caña. En nuestro caso no es que vayamos a cortar caña, sino que
agarremos pico y pala los que no sepamos hacer más que eso y los que sepan
manejar un tractor, agarren su tractor y los ingenieros que sepan dirigir que
dirijan, en un plan conjunto de voluntarios, empezando por los politiqueros que
tanto hablan y le pongamos manos a la obra, como diría aquel celebre ex
presidente.
PERO NO,
eso me da la impresión que es imposible, aquí nadie quiere sacrificarse por la patria,
aquí lo importante es que el gobierno consiga los reales de donde sea para
poder cobrar comisiones y hacer grandes
negocios. Fin del arroz.
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Para mi mayor
sorpresa, 5 días después, en un
interesante Artículo de Opinión en el
Diario El Impulso el economista José A. Furiati, a quien llamamos, sus amigos del dominó, Joseito, se
hizo eco de mis “Lapsus” y con su venia se los reproduzco porque después
de 32 años, fallecido Mao y fallecido el comandante supremo, seguimos sin
Yacambú, y seguimos teniendo vigencia. Lamentando no tener la juventud
necesaria para “Echarle pichón” y
finalizar si hubiera voluntad, la ansiada represa.
YACAMBU,
“LAPSUS”” Y TEORIAS DEL DESARROLLO
Jose A. Furiati
El pasado domingo, con ocasión de la
acostumbrada revisión de la prensa -que en este día puede hacerse con más
tiempo- nos topamos con un comentario del cordial Angel Domingo Martínez, en su
infaltable “Lapsus Calami” del Suplemento Dominical de este diario. Al
referirse al aspaviento que ha acompañado –virtualmente desde sus orígenes al
proyecto de la represa de Yacambú,
anotó: “No hay plata para la obra y la misma es
necesaria”…Entonces agarramos pico y pala los que no sepamos hacer más que eso
y los que sepan manejar un tractor, agarren su tractor y los ingenieros que
sepan dirigir que dirijan, en un plan conjunto de voluntarios, encabezados por los politiqueros
que tanto hablan y le pongamos manos a la obra como diría aquél célebre expresidente.
En verdad que pensamos comunicarnos personalmente con Angel Domingo, pero
ante la importancia de este tema, valió la pena llevarlo hasta la opinión
pública.
Es el caso que nuestro apreciado
amigo de los “Lapsus” dominicales estaba coincidiendo, nada menos que con los
postulados de algunas de las más rumbosas teorías del desarrollo económico, por
una parte, y con ciertas ejecutorias de una de las más formidables gestas
revolucionarias, la de Mao Tse Tung.
Entre quienes suscriben tales teorías podemos destacar a Ragnar Nurkse quien,
dentro de las alternativas que asoma
como salida a las sociedades subdesarrolladas, con alto índice de desempleo y
subempleo, propone la utilización de la fuerza de trabajo en construcción o
fabricación de bienes de capital, es decir obras durables o que sirvan a la reproducción
tales como (lo dice Nurkse) represas, carreteras, almacenes, etc. Claro está
que la alternativa citada no puede verse como una panacea; sólo hemos
pretendido destacar cómo un articulista de una columna más o menos frívola ha
podido coincidir, precisamente por su disconformidad con el giro que ha llevado
hasta ahora el asunto de Yacambú, con autores como Nurkse e incluso Myrdal
(Premio Nobel de Economía) que también incursiona en esta temática con
similares conceptos (Vale añadir que algunos han reclamado la
participación de efectivos del ejército, lo que nos parece no solo factible,
sino loable).
Hasta acá
todo luce muy hermoso, pero fatalmente, existe algo que no encuadra y es justamente la voluntad, la decisión de un
Estado para acometer determinadas obras, que exigen una especial mística, una
desmesurada vocación de servicio que son muy difíciles de conseguir dentro de
la burocracia tradicional de nuestros países. Por supuesto que no es
indispensable una dictadura (ni siquiera “popular” como la de Mao) para estar en condiciones de
enfrentar esta clase de formidables tareas, pero se requeriría una conjunción
de voluntades, un convencimiento genuino de la población en torno a su
conducción política, para galvanizar posiciones y aunar esfuerzos en pro del
objetivo central, en este caso la represa de Yacambú. Como también dice Angel
Domingo, todo ha sido declaraderas y reclamos, pero, quienes realmente han tenido posibilidades de dar o hacer,
poquísimo –por no decir nada- han dado o han hecho. Quizá el último momento de
convicción plena que viviese la población venezolana, fuese los seis meses
siguientes al “23 de Enero de 1958”. Pero, eso, lamentablemente, fue destruido
y lo que ha venido después, como se dice popularmente “dan ganas de llorar”.
Solo que, como también remata Angel Domingo, aquí nadie quiere sacrificarse por la patria”, o si?