Lapsus Calami
Amado
Angel Domingo Martínez
lapsusca@gmail.com
A
los que estamos en una edad avanzada no nos queda sino echar cuentos e
historias, algunas veces tristes, siempre y cuando el famoso alemán
(Alzhéimer), nos lo permita. En oportunidades nos ponemos fastidiosos y no nos
damos cuenta que en algunas oportunidades repetimos los mismos. Este cuento en
particular tiene una antigüedad de unos
50 años, porque más o menos eso hace que conocí a Amado, no fuimos entrañables
pero si tuvimos una relación cuasi comercial
y de simpatía y respeto. Durante los primeros años fui según me decía él,
su “agente publicitario”. Que no se te olvide eso cuando seas famoso, le decía
yo. Espero después publicar páginas completas.
A
mi acudía Amado para colocar en el diario El
Impulso sus “avisos clasificados” ofreciendo sus servicios como “Profesor de Cuatro a
Domicilio”, para mí, así fueron sus comienzos, iba de casa en casa y de ello pueden
dar fe muchos contemporáneos, cuyos hijos recibían de esa manera la enseñanza
del típico instrumento musical venezolano.
A
pesar de su juventud, para aquel entonces, decidió no dar más clases a
domicilio y comenzó a fraguar la idea de tener un sitio para no andar todos los
días del timbo al tambo. Esa misma inquietud se la manifestó a un representante
de uno de sus alumnos, el Dr. Alirio Gallardo, quien era propietario de la
vieja casona de la carrera 23 y la cual puso a su disposición. Allí nació y
estuvo por algún tiempo, la academia “La, Re, Fa, Si”, Así la llamó al
principio, las cuatro notas musicales que emite el “Cuatro”. Las mismas que
suenan al oído “cambur pintón”.
Al
inicio, como todo en esta vida, fue duro, no llegaban los alumnos en la
cantidad necesaria para mantenerse y
mantener la academia, pero la
perseverancia, una vez más, hizo que las cosas comenzaran a caminar, los
“Cursos Vacacionales” alternativa que siempre buscan los padres en esta época
del año para tener a los chamos ocupados, entre ellos mi hijo Angel Jr., en una
actividad instructiva y permanente fue el “anzuelo” para conquistar a una
legión de niños que comenzaron a aprender lo que eran acordes mayores y
menores, sostenidos, bemoles y de esta manera encariñarse con el instrumento .
Inquieto
en su proceder, buscando siempre como mejorar, decide agrupar a los más aventajados estudiantes y conforma el
grupo "Cuatros y Mas Cuatros”, los menos serian “los Novatos”. Inicia una
serie de presentaciones en diferentes auditorios, Colegio de Médicos, Abogados,
Instituto Politécnico, Universidad Centro Occidental, Biblioteca “Pio Tamayo”,
programas televisivos de RCTV, Venevisión, VTV. Agrupación esta, que con el
correr de los años le brindó las mayores satisfacciones y los más cálidos
elogios por parte de propios y extraños.
Arregla y compone temas musicales especiales
para cuatro y graba varios discos con las diferentes generaciones de jóvenes y
niños que han pasado por la institución. No sé cuántos, pero la mayoría de los
larenses que tocan el Cuatro afirman haber formado parte de los alumnos del
Profesor Amado López. Amado de nombre, amado de sus discípulos. La vida que tiene su principio y su fin dio
por finalizado el concierto de este personaje que por muchos años se dedicó a
la enseñanza del instrumento que identifica no solo a la región sino a todo un
país.
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