jueves, 22 de septiembre de 2016

AMADO


Lapsus Calami

                                          Amado 

                                                                                                                        Angel Domingo Martínez   

                                                                                                                                                        lapsusca@gmail.com    


A los que estamos en una edad avanzada no nos queda sino echar cuentos e historias, algunas veces tristes, siempre y cuando el famoso alemán (Alzhéimer), nos lo permita. En oportunidades nos ponemos fastidiosos y no nos damos cuenta que en algunas oportunidades repetimos los mismos. Este cuento en particular  tiene una antigüedad de unos 50 años, porque más o menos eso hace que conocí a Amado, no fuimos entrañables pero si tuvimos una relación cuasi comercial  y de simpatía y respeto. Durante los primeros años fui según me decía él, su “agente publicitario”. Que no se te olvide eso cuando seas famoso, le decía yo. Espero después publicar páginas completas.

A mi acudía Amado para colocar en el diario El Impulso sus “avisos clasificados” ofreciendo sus  servicios como “Profesor de Cuatro a Domicilio”, para mí, así fueron sus comienzos, iba de casa en casa y de ello pueden dar fe muchos contemporáneos, cuyos hijos recibían de esa manera la enseñanza del típico instrumento musical venezolano.

A pesar de su juventud, para aquel entonces, decidió no dar más clases a domicilio y comenzó a fraguar la idea de tener un sitio para no andar todos los días del timbo al tambo. Esa misma inquietud se la manifestó a un representante de uno de sus alumnos, el Dr. Alirio Gallardo, quien era propietario de la vieja casona de la carrera 23 y la cual puso a su disposición. Allí nació y estuvo por algún tiempo, la academia “La, Re, Fa, Si”, Así la llamó al principio, las cuatro notas musicales que emite el “Cuatro”. Las mismas que suenan al oído “cambur pintón”.

Al inicio, como todo en esta vida, fue duro, no llegaban los alumnos en la cantidad necesaria para  mantenerse y mantener la academia,  pero la perseverancia, una vez más,  hizo  que las cosas comenzaran a caminar, los “Cursos Vacacionales” alternativa que siempre buscan los padres en esta época del año para tener a los chamos ocupados, entre ellos mi hijo Angel Jr., en una actividad instructiva y permanente fue el “anzuelo” para conquistar a una legión de niños que comenzaron a aprender lo que eran acordes mayores y menores, sostenidos, bemoles y de esta manera encariñarse con el instrumento .

Inquieto en su proceder, buscando siempre como mejorar, decide agrupar a  los más aventajados estudiantes y conforma el grupo "Cuatros y Mas Cuatros”, los menos serian “los Novatos”. Inicia una serie de presentaciones en diferentes auditorios, Colegio de Médicos, Abogados, Instituto Politécnico, Universidad Centro Occidental, Biblioteca “Pio Tamayo”, programas televisivos de RCTV, Venevisión, VTV. Agrupación esta, que con el correr de los años le brindó las mayores satisfacciones y los más cálidos elogios por parte de propios y extraños.

 Arregla y compone temas musicales especiales para cuatro y graba varios discos con las diferentes generaciones de jóvenes y niños que han pasado por la institución. No sé cuántos, pero la mayoría de los larenses que tocan el Cuatro afirman haber formado parte de los alumnos del Profesor Amado López. Amado de nombre, amado de sus discípulos.   La vida que tiene su principio y su fin dio por finalizado el concierto de este personaje que por muchos años se dedicó a la enseñanza del instrumento que identifica no solo a la región sino a todo un país.


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