QUE BUENA BROMA

 

MAYO 21/1995

QUE BUENA BROMA, llegó la bruma.

  Lo único que nos faltaba. Tan bien que íbamos, con beatificación y todo,  a punto de firmarse el pacto anti-inflacionario y ahora el ambiente se ha  contaminado. En algunas ciudades como México la llaman ¨smog¨, por aquí pensábamos que era neblina, y casi disfrutábamos al ver desde lo alto de Barquisimeto, camino de la Ribereña, con ¨b¨ de bueno,  el Valle del Turbio, algo similar a los paisajes que ha plasmado Villalón desde hace varios años y que por cierto, muy buenos resultados le han dado, pues dicen sus colegas artistas, que se está llenando. Pero lo cierto es que broma o bruma, según eso,  ésta viene del mar, se forma en el mar y no en las ciudades de manera que esa broma no puede ser bruma, sino contaminación.

                                                             

       Y LO PEOR DE LA BROMA, es que la bruma tiene confundidos a los super-técnicos del Observatorio Cajigal, del Planetario Humbolt y hasta a los observadores larenses, incluyendo a la Órbita Científica de Otto Cividanes.  T definitivamente no tengamos un diagnóstico concluyente.

                  odos ellos han logrado determinar que las circunstancias climatológica influyen en la broma de la bruma de modo determinante. Por supuesto que esa broma, o esa bruma,  está  perjudicando notablemente a nuestros crepúsculos, famosos a nivel internacional, puesto que no han podido desparramarse en toda su magnitud como suelen hacerlo en los atardeceres de mayo. Sin embargo todos sabemos que la neblina está  allá arriba, pero no sabemos porqué no nos da ni frío, lo que hace que                                        

           DE PRONTO A manera de chiste malo, al estilo de Juárez, diríamos que son los artículos de primera y segunda necesidad los que se encuentran  acumulados con las partículas y gases suspendidos, debido a  la alta presión que ejerce Fedecámaras y que viene actuando en el océano Atlántico y el mismísimo mar Caribe, aparte de la no modificación de la  presencia de plomo y óxidos de nitrógeno en  la atmósfera caraqueña, cosa que, como podrán ver u observar, no es rara, porque tanto allá, como por aquí el plomo, que también juega garrote, se está adueñando del ambiente.

                PERO EN DEFINITIVA, lo que nos llama verdaderamente la atención es que el gobierno no le haya echado la culpa a la oposición , o viceversa, de lo que está aconteciendo en nuestros cielos, o de que la Cámara de Diputados  no se  hubiese pronunciado al respecto y alguno de sus integrantes presentara un proyecto de Ley  que impida que la atmósfera tome estas actitudes retaliativas,  o en su defecto proponga

alguien de nuevo derogar la Ley de Gravedad, o de gravidez.

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