En ABRIL 2, 1995.
La prensa venezolana
señalaba confrontación verbal
entre los dos paises hermanos
VOLVAMOS SOBRE el tema. Y aunque a mí, particularmente no me agrada, hablemos
de las relaciones bilaterales. Decíame un amigo que ante una eventual y no
deseable confrontación con la hermana república de Colombia, muchos no sabríamos
donde colocarnos, porque gran cantidad de venezolanos y por supuesto
colombianos, estamos o están afectivamente ligados, mis hijos, me comentaba,
son mitad de allá y mitad de aquí, recuerda que mi esposa es cartagenera, ha sido una mezcolanza de sobrebarriga con carne mechada increíble,
de bandeja paisa con pabellón criollo y de aguardiente con cocuy, que ha dado
como resultado, que la integración colombo-venezolana sea más grande en lo
afectivo que en lo comercial. Aparte de que ¿a quien no le gusta un ballenato?
ESOS BOCAS
AGUÁ, que les encanta el nacionalismo a ultranza, pero que no se saben el Himno
Nacional más allá del ¨bravo pueblo¨, son los que como gallitos de pelea hablan
pistoladas y ofenden y ofrecen los F-16
para echar plomo en las fronteras, pero cuando “la pollera colorá” irrumpe en
el silencio, sacan el pañuelo doblan la cerviz y al compás de la charrasca
dicen: Juepa..., juepa, juepa, je. Decía otro paisa, que para los F-16 la
hermana república tiene el “Escuadrón Cali”, se trata de un manojo de bellas chicas caleñas de grandes
ojos, piel tostada por el sol, que con un “venga y le digo” desarmarían a
nuestros “atacantes”, que bien atacones somos, pero lo que es igual no es
trampa, por estos lados no penamos por mujeres bonitas que estarían dispuestas
también a darlo “todo” por la patria.
Pero para no seguir con el tema, simplemente digamos, que si bien es
importante hacer valer nuestra
soberanía, por lo pronto hagamos el amor, más no la guerra.